En la década de 1960, Seiko se presentó en el escenario del cronometraje deportivo internacional con una nueva generación de equipos de alta precisión que fue aprobada con entusiasmo por muchas federaciones deportivas internacionales y utilizada para capturar el tiempo transcurrido en muchos de los principales eventos deportivos del mundo. Para este éxito fue fundamental una gama de cronómetros que incorporaban el innovador mecanismo de "leva en forma de corazón" de Seiko, una característica que ofrecía un nivel de precisión que antes se consideraba inalcanzable para los dispositivos de cronometraje deportivo manual. Luego, en 1969, Seiko presentó el Seiko Speedtimer con el innovador Calibre 6139. Fue el primer cronógrafo automático del mundo con rueda de pilares y embrague vertical, dos dispositivos que aportaron mejoras reales en la medición del tiempo transcurrido en un reloj de pulsera y que siguen siendo un requisito previo en los cronógrafos de alta funcionalidad. Hoy, una nueva serie de seis relojes inspirados en el Speedtimer y en la rica y continua tradición de Seiko en materia de cronometraje deportivo se unen a la colección Prospex.Un reloj de edición limitada con un nuevo movimiento cronógrafo automático rinde fiel homenaje al diseño del cronómetro de 1964, mientras que una segunda versión con el mismo calibre y una serie de cuatro cronógrafos solares completan la gama.
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