Cuarzo

Con la pasión de Seiko, los relojes de cuarzo de Seiko han traído la innovación a la historia de los relojes.

El reloj de cuarzo, desarrollado en 1969, revolucionó el concepto convencional de los relojes. Este es un reloj
que tiene un oscilador de cristal en su núcleo, lo que le brinda una mayor exactitud. El cuerpo transparente de un cristal cortado a en una forma determinada tiene una característica que, si se le aplica voltaje, genera una
vibración constante. A lo largo de la historia, ha existido la idea de que esta propiedad eléctrica específica del cristal se usa para que un oscilador de cristal sea el estándar de precisión de los relojes. Sin embargo, para que el cristal de cuarzo, cuya excelencia ya se había demostrado en términos de precisión, pudiera aprovecharse en un pequeño reloj, quedaban muchas barreras por derribar.

En 1969, Seiko logró resolver todos estos obstáculos y presentó al mundo por primera vez un reloj de cuarzo viable en términos comerciales. Pasaron diez largos años desde el inicio del plan de desarrollo del reloj con oscilador de cristal en Suwa Seikosha. Para desarrollar un reloj de cuarzo que pudiera utilizarse de manera práctica, se tuvieron que crear tecnologías exclusivas, solo disponibles en Seiko. Por ejemplo, se tuvo que crear un oscilador de cristal cortado con la forma de un diapasón y desarrollar un circuito integrado y un motor paso a paso para operar las señales desde un oscilador de cristal. Además, con su pasión por cambiar el futuro de los relojes, Seiko no buscaba tener la monopolización de los derechos de patente de esas tecnologías exclusivas, por lo que las abrió al mundo. Más adelante, muchas tecnologías de Seiko se convirtieron en estándares mundiales y han contribuido a desarrollar los relojes actuales de cuarzo.

  • El primer reloj de cuarzo en el mercado mundial [Seiko Quartz ASTRON]

Lanzado el 25 de diciembre de 1969, este reloj revolucionó el mundo del tiempo. Fue el "Seiko Quartz ASTRON". La frecuencia de cuarzo en ese momento era de 8192 Hz, un cuarto de la frecuencia de hoy en día. Una de las principales características del reloj era un segundero que avanzaba de a pasos gracias al ensamblaje de un motor paso a paso, que, más adelante, se convirtió en el símbolo de los relojes de cuarzo.